Como todas las formas de energía, la electricidad puede ser transformada, para obtener luz o calor, para mover motores, etcétera.
Una ventaja de la electricidad sobre otras formas de energía es que se puede acumular (guardar) en pilas o baterías, para ser aprovechada más tarde o para transportarla y disponer de ella allí donde hace falta.
Además, es una forma de energía renovable y menos contaminante que otras. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la fuente utilizada para producir electricidad y los materiales utilizados para acumularla o para aprovecharla sí son contaminantes (no contamina la electricidad, pero sí el plomo con el que se fabrican las baterías de los automóviles o el silicio de los paneles solares).
Por eso, en la generación y el aprovechamiento de la energía eléctrica, como en toda actividad humana, también tenemos que seguir la "regla de las tres erres" y reducir, reutilizar y reciclar.
Hay que reducir la extracción de los materiales contaminantes que empleamos para generar y aprovechar la energía eléctrica (plomo o silicio, por ejemplo) mediante la reutilización y el reciclado.
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